Esta vez te invitamos a conocer una tierra que no deja der sorprender a todo el que la visita, y es que Cuenca es uno de esos lugares donde parece que el tiempo se detuvo y aún puedes imaginar perfectamente cómo se vivía allí no hace mucho. Para tener esa sensación de volver al pasado y detener el tiempo basta con perderse por el casco antiguo (declarado Patrimonio de la Humanidad) que está formado por dos zonas, la del interior que son callejuelas típicas del siglo de oro español. En Chequealo estamos enamorados de ella, nuestro equipo ha seleccionado los que estamos seguros son los mejores hoteles originales en Cuenca.
Lo que más sorprende al visitante es contemplar una ciudad que sobrevive no solo al paso del tiempo sino a todos los agentes externos que han querido acabar con ella, y es que la ciudad parece que se hizo hueco pidiendo permiso a la naturaleza para su propia existencia, no solo por su ubicación endiablada en el terreno físico sino por todo lo que ha tenido que pasar la ciudad. Comenzó siendo una fortaleza musulmana para más tarde convertirse en un territorio de bonanza económica gracias a los telares hasta que llegaron plagas y peste que por un momento casi parecía que acabaría con todos sus habitantes, pero ahí sigue Cuenca resistiendo el peso de los años y mostrando ahora sí la mejor de sus caras para el turista que por recomendación o porque quiere volver visita esta bonita y encantadora ciudad.
Una de los principales puntos de interés y donde no podrá faltar un selfie o una foto es en las famosas casas colgadas al borde de las hoces del río huécar. Y es que estas casas no se hiceron por otro motivo que por el de la necesidad de la época de que la ciudad esquivase todas las barreras naturales para su expansión. Actualmente podrás visitar tres casitas: la casa de la sirena donde hay un mesón para degustar los platos típicos y las dos casas del Rey donde hay un museo de arte abstracto. ¡Asomarse por los balcones de madera al río será todo un deporte de adrenalina! Un consejo que te damos es que desde donde mejor se ven es desde el famoso puente de hierro que hizo en la época donde estaban de moda las estructuras de hierro como la Torre Eiffel.
Otra parada obligatoria será la Plaza Mayor donde sea la estación que sea podrás sentarte a tomarte unas tapas y ver el dinamismo que esta ciudad llega a tener. Allí se encuentran edificios tan bonitos como el Ayuntamiento así como el convento de las Petras y la Catedral de nuestra Señora de Gracia.