Ávila, esa ciudad que parece vivir dentro de una muralla testigo de siglos de historia. Es de esas ciudades que al menos hay que visitar una vez en la vida. Te apasionará.  Pero no solo por su belleza histórica y sus pequeños rincones con encanto, también por la deliciosa oferta gastronómica que nos ofrece.  Hay que aprovechar para disfrutar de los exclusivos hoteles con jacuzzi en Ávila.

Cuando alguien menciona Ávila, lo primero en lo que se piensa es en su muralla. Esa obra arquitectónica de incalculable valor que defendió a la ciudad hace siglos. Puedes visitarla casi en su totalidad y con las audioguías hacerte una idea de cómo fue la vida en su interior en el pasado.

Son muchos, más de lo que se imagina el visitante en un inicio. Iglesias, monasterios, la catedral, conventos…, todo con una belleza majestuosa. Por ellos podrás ir viendo la evolución que tuvo la ciudad en cada época de la historia. Ten en cuenta, además, que en Ávila se encuentra el convento y museo de Santa Teresa de Jesús, cuyo contenido tiene un valor cultural incalculable. 

La catedral es uno de los lugares indispensables, porque está considerada como la primera catedral gótica de España. Fue además una de sus grandes fortalezas defensivas debido a su buena ubicación en la muralla.

Manjares de la tierra

Ávila es un lugar para recorrerlo andando, y desgasta bastante. Por ello es importante no olvidarse de la parte del turismo gastronómico. A parte de reponer fuerzas, hay que degustarlo porque es otra de las señas de identidad de esta ciudad.

Si eres de los que tienen buen apetito, te recomendamos unos buenos judiones del Barco, seguidos de un buen chuletón de ternera, y finaliza con las tradicionales yemas de Santa Teresa. Todo ello regado con los vinos de la zona. Eso sí, avisamos que este menú, tal cual, no es sencillo de acabarlo.